Es un método que emplea el ultrasonido de forma externa, previa aplicación de suero salino en el tejido graso para producir un efecto mecánico y físico en las células de grasa, adipositos, de forma paulatina.
En griego, hidro quiere decir agua; lipo es grasa y clasia significa «romper» o «estallar». Es decir, a través del agua, el ultrasonido logra producir un «estallido» de las células grasas. Una vez «rotas» el cuerpo las elimina naturalmente.
La hidrolipoclasia ultrasónica está basada en el principio físico de la capacidad que tiene el ultrasonido de difundir en el agua. Al infiltrar «los rollitos de grasa» con agua o solución fisiológica, el ultrasonido produce lo que que se llama «cavitación», que sería algo parecido a un «estallido» de la grasa. Esta grasa que acaba de «estallar» entra en el corriente linfático o sanguíneo y se elimina con la orina.
El éxito de la hidrolipoclasia ultrasónica en tratamientos para eliminar grasa radica en el ultrasonido, que, entre otras cosas, produce termogénesis, genera calor y quema grasas. También rompe la fibrosis, un componente importante de la piel de naranja.